En febrero de 1976, un estudio de la revista 'Ciudadano' calculaba que el presupuesto mínimo de una familia con dos hijos era de 634 de las antiguas pesetas (3,81 euros de hoy) al día, de las que 295 se dedicaban a alimentación, lo que suponía cerca de 108.000 pesetas (643 euros) al año.
En vivienda, el gasto medio anual era de 26.000 pesetas (156 €); en ropa y aseo personal ascendía a 58.000 (348 €), y al apartado de 'varios' se destinaban unas 34.000 pesetas (204 €). El total aproximado de gastos al año era de 225.000 pesetas (1.352 €), mientras el salario mínimo anual rondaba las 122.400 pesetas (735 €). Así, una familia media tenía que hacer malabares para llegar a fin de mes, algo que tampoco ha cambiado mucho en los últimos tiempos.
Un metro cuadrado de suelo, en un piso de los caros, costaba 28.200 pesetas (169,49 euros).
En aquellos tiempos la casa era la cárcel de la mujer (en la mayoría de los carnés de identidad de las mujeres constaba, en la casilla de «profesión», «sus labores») y el 'refugio del guerrero'.
Los muebles se compraban recios, para que duraran toda la vida. En la habitación, las camas —con somieres de muelles ruidosos— se vestían con sábanas, mantas y colchas, algunas hechas a mano en croché y que hoy se cotizan como el oro.
En la cocina, la reina es la bombona de butano; energía con la que funcionan los fogones. Los grifos son de dos llaves, una para el agua caliente y otra para la fría. ¡Todavía queda mucho para que llegue el monomando! Los electrodomésticos no están integrados dentro de los muebles de la cocina. Los congeladores no eran tan potentes como los de ahora, por lo que los alimentos frescos, como el pescado, se compraban diariamente. En cuanto a precios, un frigorífico costaba unas 11.245 pesetas (unos 67 €). Y una lavadora, 13.495 pesetas (81 €), pagaderas en cómodos plazos de 825 pesetas (¡menos de 5 euros!) al mes.
El papel pintado triunfa junto al sofá tapizado en polipiel o cuero. Los adornos y los tapetes de encaje se encaraman hasta el televisor. El teléfono es un armatoste de colores rojo, crema o verde manzana, con disco para marcar. Solicitar una línea y que te la concedieran era un proceso que podía durar meses.
Los cuartos de juegos de los niños estaban repletos de trenes, pistolas, muñecas y cocinitas. El mundo de la videoconsola era aún impensable, aunque el primer artilugio electrónico apareció en España en el 77, se llamaba Furtec y pasó sin pena ni gloria entre la población menuda. Justo lo contrario que la Barbie española. Ese mismo año, la muñeca Nancy consigue el Aro de Oro al mejor juguete para niña.
Con pocos problemas para aparcar en la calle y pagando a unas 20 pesetas (12 céntimos de hoy) por litro de gasolina, el automóvil más vendido es el Seat 127 (100.000 unidades vendidas ese año). Su precio era de 360.000 pesetas (2.164 €). Tenía una cilindrada de 903 cc, una potencia de 43 cv., y había modelos con 3 y 5 puertas. Como prestación 'de luxe', incluía reposacabezas en los asientos delanteros.
Continua en : EL PRECIO DE LAS COSAS
sábado, 7 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario