viernes, 8 de mayo de 2009

Flag-golosina....

El éxito del producto radicaba en su sencillez. Una bolsita de plástico rellena de un líquido altamente adictivo que iba al congelador antes de ser degustado. Algo del todo sin sentido, porque antes de darle el primer muerdo lo manoseábamos compulsivamente en busca del liquidillo que provocaba sensaciones en nuestros paladares infantiles.


Solían costar 5 o 10 pesetas, y ofrecian largos ratos de sabor congelado...







2 comentarios:

  1. como mola, y todo esto lo has echo tu, ya me contaras como, es una pasada, por si no lo sabes soy la mama de marcos mudarra, la que aparece como caperucita o se transforma en la encana de noche, encarna...., ya sabes.
    bueno voy a seguir ojeando tu blog que por lo que aprecio no tiene desperdicio.
    recuperate pronto y animos. Como dices tu de todo se sale (menos de la muerte) supongo.
    con cariño, lola duran.

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  2. Yo me acuerdo que despues de terminarnos los flags haciamos una especie de cuerda de flags uniendo unos con otros. Poniamos las dos puntas de dos flags y le dabamos con una piedra y se quedaban unidos. Haciamos bastantes metros de flags ya que desgraciadamente los niños y yo me incluyo los tirabamos por el suelo.

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